- IDA DE OLLA: Así planchaba así así, así planchaba yo en mi mundo los bolsillos. Los coloco. Me dan como mucho problema. No me gusta como me están quedando. Me rayo y me digo a mi misma: "Laura, si esto le pasa a una de tus alumnas, tú ¿qué le dirías?. Efectivamente, le dirías que sabes que es un rollo descoser pero que si lo repite seguramente le quede todo mucho mejor". Así que, en solidaridad con mis alumnas, descosí y volví a cortar los bolsillos. Ya con la mente más clara vi mi error. Había planchado inventándome un doblez que no existía y por eso no me cuadraba nada. Ida de olla, falta de concentración. No pasa nada. ¡Menos mal que lo repetí!
- VENIRSE ARRIBA: Todavía no hemos terminado con los bolsillos. Como la primera vez me dio un poco de trabajo doblar las tapetas del bolsillo, me vine arriba en el segundo asalto y me inventé unos piquetes maravillosos que me hicieron la tarea más fácil. Ahora, esos piquetes se han abierto un poco y se ve, así que me va a tocar remendar la esquina del bolsillo para que no se abra la tela. Hay que seguir el patrón al pie de la letra y no quitar ¡¡¡¡¡ni añadir nada!!!!!
- MISTERIOS SIN RESOLVER: De esto que estás ya casi casi que lo vas a terminar y venga, vamos a colocar bien las mangas del forro y de la tela para que estén muy rectitas y nos queden perfectas. Bueno, me lo pruebo y por supuesto una manga diferente a la otra. ¿Pero que pasa aquí si las he cortado igual? Socorro. La descosí y la cosí de nuevo. Lo mismo. La descoso y me la puebo. Muy bien Laura, predica con el ejemplo, es lo que tenías que haber hecho desde el principio. Pues la manga del forro está más larga inexplicablemente. No nos agobiemos. Cortamos. Bueno, pues después de todo el jaleo por fuera no se nota, pero por dentro yo noto como que la manga está girada, pero le doy vueltas y vueltas y a mi me coinciden todas las costuras. Misterios sin resolver. Por lo menos, ya no queda una más larga que la otra.
- SI PARECE QUE LA ESTÁS LIANDO, SEGURAMENTE LA ESTÉS LIANDO PERO BIEN: También conocido como mi historia con los botones. También os conté este drama por ig. Con los ojetespara pasar los cordones todo fue maravilloso. Un par de martillazos y el agujero de la tela se hace fenomenal y los ojetes quedan maravillosamente puesto. Pero los botones.... Ay, los botones. En mi defensa dirá que el dibujo explicativo de la caja de los botones no se correspondía con las piezas que te vienen dentro de dicha caja. Ahí ya, debería haber preguntado a San Youtube. Pero no. Como ya había puesto dos ojetes pues ya soy una experta en colocar remaches. Mi martillo y yo, expertos. Elegí un horario apropiado para no crear tensiones entre mis vecinos y me puse a experimentar. Conseguí hacer todos los agujeros aunque con bastante más dificultad que cuando hice los de los ojetes. Pero ya fue llegar a colocar los remaches... y allí no se quedaba nada bien. A mi me daba la sensación de que no los estaba colocando bien. Vamos, que ni abrochaban. Pero yo quería estrenar mi abrigo. Me lo estrené. Se me cayeron tres botones durante el fin de semana, así que el lunes a primera hora estaba en el zapatero de mi barrio de toda la vida. Me los apretó bien y consiguió que abrocharan todos menos dos (puedo vivir sin necesidad de abrochar esos dos). Además, su esposa estuvo presentándome a todos los clientes mientras les decía que vieran, que vieran que el abrigo me lo había hecho yo :)
Bueno, que lo peor que me pase sea esto, ¿verdad?
Así que nada. Estoy encantada con mi abriguito. Me pega con todo y me alegra los días mas grises del invierno.
Para mi ha sido mi mayor reto hasta ahora. ¿Cuán ha sido tu mayor reto en costura hasta ahora?
¡Besos! :)
